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Año Nuevo Chino: la celebración que paraliza al comercio exterior

El Año Nuevo Chino, conocido como el Festival de la Primavera, es considerada la celebración más importante de la gran potencia asiática. Esta fiesta siempre coincide con el comienzo del ciclo de cultivo, y tiene como objetivo despedir el invierno para dar la bienvenida a la estación de las flores.

El Festival de la Primavera provoca cada año la mayor migración humana del planeta, en la que millones de personas viajan a sus lugares de origen para reunirse con sus familiares y amigos. Así mismo, al tratarse de una tradición tan importante, las empresas cierran sus puertas y dan vacaciones a toda su plantilla. Es decir, cierra la mitad del planeta.

Este 2022, el año del Tigre, se repetirá la parálisis comercial en China y otros países como Corea del Sur, Malasia, Vietnam, o Indonesia, en donde también se ha extendido la tradición; y, aunque el día del Año Nuevo Chino 2022 será el 1 de febrero, las celebraciones comenzarán el 31 de enero (nochebuena) y terminarán el 15 de febrero, con el Festival de las Linternas.

Repercusión en el comercio mundial

El Año Nuevo Chino tiene un efecto directo en el comercio mundial debido a que China está considerada como uno de los principales motores de la economía global. Y es que este país aporta un 31,5% del PIB (Producto Interior Bruto) mundial, una cifra que supera a las contribuciones conjuntas de Estados Unidos, Japón y la Eurozona, según el estudio ‘China Outlook 2018’, publicado por KPMG.

Además, el país asiático presenta un crecimiento constante desde 2009 y se ha posicionado como el segundo país que más exporta, convirtiendo el comercio exterior en la principal vía para consolidar su presencia en el panorama internacional. Por tanto, al ser tan importante en el comercio mundial, tiene un gran impacto en él cuando se paraliza por completo.

La llegada del Año Nuevo Chino afecta notablemente las previsiones del comercio exterior en todo el mundo, especialmente a las empresas importadoras de productos fabricados en China. Durante al menos una semana de las vacaciones, el gobierno, la construcción y las fábricas detienen todas sus actividades, mientras que los puertos y las aduanas por lo general operan con un mínimo de personal, con la única prioridad de los artículos perecederos.

Mientras que el comercio en China prácticamente se paraliza durante estas fechas, las empresas que fabrican en ese país deben apresurarse para terminar sus productos antes de las fiestas. Se produce en cantidades superiores a las habituales, con lo que esta prisa, antes y después del Año Nuevo Chino, provoca un aumento del estrés en la cadena de suministro, causando una alta congestión y problemas de capacidad para los transportistas.

Por eso, las empresas que fabriquen en este país deberán tomar medidas como: planificar por anticipado con sus proveedores y planear las operaciones de transporte con tiempo.

En definitiva, debido a las particularidades del mercado chino y sus tradiciones, es recomendable trabajar con un proveedor logístico experto para que las operaciones comerciales se efectúen de la forma más exitosa posible.

 

Con información de twill.net, contrasana.com

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